El muro fronterizo de EU, un polémico y costoso proyecto de seguridad
La seguridad en la frontera sur de EU creó un proyecto, que en vez de ser un ejemplo de vanguardia, terminó siendo un 'elefante blanco'
Por Eileen Truax
Jueves, 01 de diciembre de 2011 a las 10:28
Jueves, 01 de diciembre de 2011 a las 10:28
El triple muro de la frontera entre México y EU
Lo más importante
- El proyecto original del muro fronterizo tenía previstos unos 3,326 kilómetros, que cruzaría 10 estados de EU
- El proyecto de frontera segura (SBI) incluía un muro de concreto y un muro 'virtual'
- Para desarrollar el proyecto, la empresa Boeing fue la ganadora de la licitación
- Eloísa Tamez demandó al Departamento de Seguridad Nacional de EU para defenderse de la construcción del muro sobre su propiedad
- En 2011, el presidente Barack Obama canceló el proyecto SBI, y dijo que fueron construidos 1,044 kilómetros de muro fronterizo
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Nota del editor: Este es un fragmento del reportaje Frontera post 11-S que fue publicado en la revista Obras del mes de octubre de 2011.
LOS ÁNGELES (OBRAS) — En octubre de 2007, Eloísa Tamez, profesora de 72 años de edad, recibió una notificación del gobierno de Estados Unidos para informarle que un muro fronterizo sería construido en breve y pasaría encima de su propiedad de 1.2 hectáreas.
Miles de propietarios de viviendas y terrenos al borde de la frontera de Estados Unidos con México también recibieron una notificación similar, que estaba amparada por la ley Real ID, creada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) surgida a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que daba prioridad al proyecto de seguridad interna sobre cualquier otra ley en efecto.
El proyecto a desarrollar se refiera a una valla de protección para los 3,326 kilómetros de la frontera con México, que cruzaría 10 estados de la unión americana y una topografía compuesta por desiertos, montañas escarpadas y un río caudaloso. Algo que no había incluido Estados Unidos en un inicio y que ha sido su ‘dolor de cabeza’.
El más reciente descalabro fue públicamente reconocido el 14 de enero de 2011, cuando el DHS anunció la cancelación de los programas SBI y SBInet, un proyecto integral para la construcción del muro fronterizo el primero, y un proyecto de desarrollo de un muro virtual el segundo, cuyo costo total estimado era de 8,000 millones de dólares.
Unos meses antes la titular de esa dependencia, Janet Napolitano, anunció que congelaría los gastos del muro virtual y redistribuiría 50 millones de dólares provenientes del programa de estímulo económico federal −etiquetados para SBInet− para ser invertidos en “otras tecnologías de seguridad disponibles comercialmente y probadas” en la frontera suroeste.
Después de algunas operaciones sin resultados notables, el DHS decidió crear la Iniciativa de Frontera Segura (Secure Border Iniciative, SBI), diseñada como “un plan integral multianual para asegurar las fronteras y reducir la inmigración ilegal”.
SBI organizaría la operación de los cuatro ejes básicos de la protección fronteriza: Customs and Border Protection (CBP), Immigration and Custom Enforcement (ICE), United States Citizenship and Immigration Services (USCIS) y la Guardia Costera.
El proyecto incluía la creación de un muro de concreto y acero, de manera paralela a un ‘muro virtual’, que respondería al nombre de SBInet, como sustituto de los programas establecidos anteroirmente.
Éste sería un sistema que integraría personal, infraestructura, tecnología y equipos de respuesta rápida para asegurar las fronteras norte y sur del país.
Los 'cimientos' del muro
El primer tramo de muro físico fue construido en 1990 en el sector San Diego de la Patrulla Fronteriza. Denominado ‘muro primario’ y formado por placas de acero, éste se extendió por 22.5 kilómetros y parte del programa de como Prevención por medio de Disuasión (Prevention through Deterrance).
Seis años más tarde, la Ley de Responsabilidad de Inmigración (Immigration Responsability Act) autorizó la construcción de una barrera adicional. Este muro tiene una altura de tres metros, más 30 centímetros adicionales en un ángulo pronunciado en dirección hacia México, con el fin de obstaculizar el ascenso sobre él.
En 1998 se implementó el segundo componente clave sobre la frontera, el muro virtual de alta tecnología, en el oeste de Texas, llamado Integrated Surveillance and Intelligence System (ISIS). Debido a diversas fallas en su operación y mantenimento, el equipo quedó inutilizado.
Para evitar los problemas enfrentados anteriormente, DHS decidió entregar el manejo del nuevo proyecto, SBI, a un contratista privado.
El ganador del contrato fue Boeing a través de su división Integrated Defense Systems. Por parte del gobierno federal, CBP sería la agencia a cargo del manejo de SBInet y de trabajar en conjunto con Boeing para implementar el nuevo proyecto.
Una primera etapa ‘piloto’ fue bautizada como Proyecto 28 y contaba con un presupuesto inicial de 250 millones de dólares; constaría de un prototipo de muro virtual de 45 kilómetros de largo instalado en la zona aledaña al puerto de entrada de Sasabe, Arizona. La entrega de este piloto estaba pactada para el 13 de junio de 2007.
La mujer que demandó a Chertoff
La mujer que demandó a Chertoff
Cuando Eloísa Tamez supo que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos haría uso de su propiedad para levantar el muro, inició un movimiento de resistencia en contra del proyecto.
Académica de la Universidad de Texas en Brownsville y descendiente de indígenas apaches, Tamez buscó la asesoría legal del abogado especialista en derechos humanos Peter Schey para evitar la construcción en sus tierras, e hizo lo entonces impensable: demandó al secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff.
En febrero de 2008, apenas un mes más tarde de la primera audiencia, un juez emitió un primer fallo judicial a favor de Tamez y de cualquier otra persona afectada en sus propiedades por la edificación del muro.
Finalmente el muro físico fue construido, pero en el caso de Tamez, la ubicación del muro se alteró ligeramente y su propiedad no fue expropiada. La necesidad de negociación debido a la resistencia de los habitantes de la región, provocó un retraso en la obra que se suponía estaría terminada en 2009.
Napolitano, en busca de nuevas opciones
En enero de 2010, Janet Napolitano, ordenó una revaloración del programa SBI estimado entre 6,000 a 8,000 millones de dólares, tras haberse descubierto en el análisis realizado por la oficina de Responsabilidad Gubernamental, (GAO) que había “retrasos inaceptables” por parte de la empresa Boeing. Napolitano se dijo abierta a buscar nuevas opciones.
Mark Borkowsky, quien entonces fungía como director ejecutivo para SBInet, señaló que los problemas encontrados incluían desde virus en el software hasta monitores que se congelaban. La tecnología no funcionaba en las duras condiciones del desierto y, en ocasiones, no era compatible con los equipos ya instalados. De acuerdo con la GAO, en las condiciones en las que se encontraba el proyecto, la fecha tentativa para finalizarlo se habría movido a 2016.
El fin del Proyecto SBI
En medio de un discurso leído en El Paso, Texas, en mayo de 2011 −unas semanas después de cancelado el proyecto SBI−, el presidente Barack Obama hizo alusión a los 1,044 kilómetros de muro construidos en la frontera, y aseguró que éste se encuentra “prácticamente finalizado”.
A la fecha, sólo 58 kilómetros cuentan con esta característica, y un nuevo reporte de GAO, emitido en febrero de 2011, establece que la frontera suroeste aún se encuentra “vulnerable a la actividad transfronteriza ilegal, incluyendo el tráfico de humanos y de drogas ilegales”.
A pesar de su actitud crítica hacia lo ocurrido durante los últimos años, Robert Lee Maril, profesor de Sociología en East Carolina University, piensa que en esta ocasión las cosas pueden ser diferentes. DHS anunció que habrá una convocatoria para una licitación abierta, y la idea es que en lugar de un solo contratista haya varios, y que algunos de ellos sean regionales.
Otra característica del programa por venir es que, por primera vez, le será asignado un monto fijo, a diferencia de los montos variables asignados en ocasiones anteriores.
Borkowsky, por su parte, reconoce que ha habido cambios en los planes para la frontera durante los relevos de administración, “pero no cambia la idea de que necesitamos comprar tecnología. Lo que cambia es el orden de prioridades y la forma de asignar los recursos. El compromiso de mejorar la seguridad en la frontera trasciende a los partidos políticos y debe trascender a las administraciones”.
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